Casa Solla

La historia de Casa Solla, nos retrae a 60 años atrás, cuando José y Amelia no solo deciden iniciar una vida juntos, sino también hacer de este Restaurante su proyecto de vida. Comienzan dando una comida sencilla, basada en el producto y poco a poco consiguen dar solidez a este espacio.

Es a finales de los años 80 cuando se incorpora la tercera figura que acaba por definir lo que hoy día es Casa Solla, Pepe Solla, uno de sus hijos, entra a formar parte del proyecto de Amelia y José, años de convivencia, incluso de contrastes, y que desde el año 2003 sigue el camino en solitario para continuar escribiendo capítulos de este Restaurante, con el respeto a la historia tanto de sus padres como de Galicia, al tierra que da sentido a todo ello, y la evolución que le inculcaron, el inconformismo con lo que somos, mirando el horizonte y siempre con los valores que sirvieron de pilar a lo largo de todos estos años, producto y cercanía humana.

Casa Solla fue uno de los primeros restaurantes en recibir una estrella Michelin en Galicia (1980); el restaurante con la estrella más longeva de la Comunidad (40 años ininterrumpidos).

El comedor es espacioso y muy luminoso, con grandes ventanales.

Cómo crece y se va transformando Casa Solla.

Vamos a pasar por distintos platos de diferentes épocas del año, algunos de muchos años como el souffle, y otros muy actuales. Espero que os guste.

Empezamos con unos aperitivos variados que se componen de un par de trampantojos, una aceituna negra que en realidad es queso y un cacahuete que es una masa hecha con salsa romesco.

Marisqueo de concha: mejillón en escabeche, navaja en salsa verde, carneiro con mantequilla cítrica y ameixón rabioso (con ají amarillo)

Kokotxa de merluza, y pulpo con salsa de pimentón.

Nos refrescamos con el mejillón en caldo cítrico, una versión de un ceviche gallego con su cebolla morada, maíz y boniato.

Choco-coco-curry. Se trata de esos platos que visualmente no dicen mucho pero que una vez que nos llevamos una cucharada a la boca mezclando todos los sabores la esencia vapulea a la estética. Unos taquitos de choco sumergidos en un caldo potente del mismo ingrediente, cubierto por una espuma de coco y curry espolvoreado nos transporta de inmediato al sudeste asiático.

El bogavante, espinacas, garbanzos y su caldo.

Bogavante, pollo de corral, ajoblanco de anacardos y mole

Suave y sabrosa cola de Cigala a la llama, mahonesa de wasabi y rabanitos

Lubina en diferentes versiones.

Diferentes platos carnívoros.

Cambiamos totalmente de cultura y el nuevo guiño nos traslada a México con esta filloa-fajita de raxo ahumado. Lomo de cerdo ahumado y adobado con pilpil de pimentón y guacamole vuelve a fusionar la tradición gallega con otras cocinas.

Un taco de la siempre excelente ternera gallega.

Entrando en los postres, nos vamos a encontrar con una completa variedad de quesos de distintas zonas, que hará las delicias del más destacado conocedor de quesos. Acompañados de sus dulces de membrillo y kiwi.

Como cortante y refrescarnos un poco, te ofrecen un caviar-cítrico. Magnifica presentación de estas refrescantes perlas de melón a la lima.

Siguiendo con el dulce, a mi me encanta su souflle (es único e inimitable),

El souffle Solla, es una receta clásica o muy moderna (lo fue en sus tiempos). En todo caso, es mítica. Creado a finales de la década de los 70 por Amelia González, madre de Pepe Solla, se trata del único plato concebido durante la primera era del restaurante de San Salvador de Poio (a cinco minutos de la ciudad de Pontevedra) que se mantiene en la etapa actual del establecimiento. Es simplemente maravilloso, impresionantemente rico.

El coulant realmente bueno, unos helados fantásticos, y por supuesto sus chocolates, presentados de muy diferentes maneras.

Con el café nos sirven los tradicionales petit fours, una colección de diferentes chocolates: Ferrero, choco-muesli crujiente, trufa, piruleta de chocolate blanco, choco-coco y almendra glassé.