El restaurante Rodero abrió sus puertas el año 1975 de la mano de Jesús y Resu. Él, cocinero y ella, camarera, se conocieron en el Guría de Barcelona. Desde hace 30 años su hijo Koldo está en cocina y junto con sus hermanas llevan el restaurante con paso firme. Cuentan con un muy buen equipo de trabajo, que transmite ilusión y simpatía.

El restaurante Rodero tiene mucho futuro con Koldo en cocina y sus hermanas Goreti y Veronica dirigiendo la sala, de esta forma siguen manteniendo el espíritu  de una casa familiar que después de 45 años continuan atendiendo tan bien o mejor que el primer día. Yo hace tiempo que no les visito, pero se que siguen manteniendo y transmitiendo la misma calidez de siempre.

Decorado de forma elegante, según entras ya te das cuenta que aquí lo vas a pasar muy bien, se nota en el ambiente, ya que cuidan hasta el más mínimo detalle.

Además de la envidiable calidad que atesora Koldo en sus manos, el otro pilar fundamental de su cocina son los productos de muy alta calidad con los que trabajan.

Como buen restaurante navarro, aprovechan al máximo las verduras, por esto creo que cuando más disfrutan es en primavera. Unos platos absolutamente deliciosos donde sacan la máxima rentabilidad a cada producto que pasan por las manos de este gran equipo.

Sopa fría de melón y cardamomo verde, tomate helado y emulsión de ibéricos, o Alcachofa, hongos, cigala y pil pil de foie, están buenísimos.

Ostra de Marennes con lentejas y jalapeño. Tibia y untada con una deliciosa crema de lentejas, o la Lasaña de bogavante con marinera de hinojo y jengibre.

Su famosa interpretación de Tortilla de patata y trufa con natilla de cebolla.

Salmonete con panceta rellena de Zubiri y el Rodaballo a la brasa, tapioca de algas crujiente  y pil pil de cebollino y piparras.

Molleja de ternera, alcaparras y encurtidos, y Perdiz roja en escabeche de cacao y ralladura de macadamia, Delicioso guiso e impecable cocción rosada de la pechuga. Escabeche muy suave.

El Tartar de chuleta, nieve de mostaza y crujientes de tuétano

Los postres absolutamente deliciosos.

Realmente si estás en Pamplona ir al restaurante Rodero debe ser visita obligada, además tienes un parking público muy cerca del restaurante, así que ya no tienes excusas.