El restaurante Andraka, abrió sus puertas hace casi 40 años. Al principio como bar, que además daba comidas a los trabajadores de la central de Lemoniz. Miguel Ángel Vega y María Luisa Egurrola fueron los artífices, y con el paso del tiempo pasó a ser sidrería y un restaurante de referencia en la comarca. Pero para ello contaron con la incorporación de sus 3 hijos, Jon, Saioa y Mikel.

Como decía, ahora el restaurante Andraka, tiene dos líneas de negocio, por un lado en un edificio la sidrería, donde poder degustar diferentes raciones, pescados y carnes a la brasa. Y por otro lado en el otro edificio, una cocina atrevida, vanguardista y muy divertida.

Yo os voy a hablar del restaurante en sí, donde Jon lleva ya bastantes años al frente de los fogones. Jon estudió en la Escuela de Hostelería de Leioa y mejoró su formación en restaurantes de muchísimo prestigio, como el Boroa, Azurmendi o Martín Berasategui.

La propuesta gastronómica es abundante, pero analizándolo un poco, te das cuenta que en el Andraka, se da mucha importancia a los entrantes. Y os aseguro que son de verdadero lujo, ya que exprimen al máximo los productos, para sacar una potencia de sabores, que os harán disfrutar como chiquillos.

Tienen diferentes comedores, muy bien preparados y acogedores.

Su cocina está basada en productos de cercanía, a los que le sacan un provecho excepcional. Productos de temporada, donde podrás ver una ensalada de tomate con ventresca de bonito, anchoas, gambas, colas de cigala, etc.

Empezamos con un Bombón de foie, chocolate blanco y pistacho, muy interesante.

Un entrante redondo, y nunca mejor dicho; Croqueta cremosa de begi handi encebollado. Suave, melosa y de mucho sabor.

Un entrante que me encanta por su potencia y a la vez aparentemente sencilla elaboración, es la Anchoa sobada a mano, pan cristal, tomate y mantequilla.

Pimientos rojos asados a leña, yema de huevo y trufa.

Una rica ensalada templada de bacalao al pil pil y pimientos asados. Separando el verde, ya que con el calor del pil pil, se apagarían y quedarían sin su textura natural.

Un Carabinero plancha y ali oli, de auténtico lujo.

En pescados funcionan, como decía antes, según mercado y temporada. Te pueden ofrecer desde un buen rodaballo de 3 kg, hasta besugo, pasando por lubina, o por una buena ventresca de bonito.

En carnes un buen txuleton.

Sil los entrantes, primeros y segundos, los hacen de manera notable, los postres los preparan de verdadero lujo, y todos ellos caseros. Sobresalientes.

Desde la siempre rica tarta de la abuela, de chocolate y galletas, (eso sí con su toque personal), y helado de mango.

A una riquísima torrija, con helado de canela.

Lingote de chocolate, con un toque de whisky.

Tarta de manzana, que en este caso debes pedir con antelación, ya que tardan unos 15 minutos en preparar.

Tarta de queso.

Si no era suficiente, nos regalaron con un picoteo dulce para los cafés, que estaban buenísimos.

He de agradecer a mi amiga Idoia, quien por sorpresa nos llevó a conocer uno de los restaurantes que más me ha sorprendido sin duda, este 2023.

Como buen motero, que me considero, había pasado mil veces por allí, pero no terminaba por parar, aunque ya tenía muy buenas referencias de ellos.

Mi más sincera enhorabuena a la familia Vega Egurrola, por el éxito que tienen; muy merecido sin duda alguna. Como digo, lo he conocido recientemente, pero seguro que me voy a hacer asiduo de su local. Y aunque me encanta el tipo de comida que hacen, también probaré el lado de la sidrería, porque al pasar junto a su cocina, sólo diré que olía a gloria.

ZORIONAK ANDRAKA.