El Asador de Abel abrió sus puertas en 1999. Abel Terente tras una larga andadura profesional, decidió emprender y volcar todo su saber hacer, en un proyecto propio. Convirtió este antiguo local en un asador de referencia, en el que también se rinde homenaje a la cocina tradicional asturiana. Abel siempre está al frente del negocio, acogiéndote con simpatía y haciendo que te sientas como en casa.
Como buen empresario, se preocupa de que el producto que entra por sus puertas, sea de la mejor calidad. Los contrastes son suaves y clásicos; los productos, de buena calidad; el respeto al género, principal patente y la presentación, sencilla.
El comedor habitual es el que está nada más entrar y frente a la barra del bar, pero es muy amplio, así que no parece que estés comiendo en el bar. Además tiene un amplio salón para banquetes, bodas y eventos, de unos 250 comensales y una terraza que también habilita para celebraciones.
Además de la parrilla, de donde salen espectaculares chuletas y pescados a la brasa, la cocina destaca por sus platos de cuchara, estofados y arroces que no faltan en la carta.
Destaca su Cecina de León, y entre sus especialidades tienen Verduras a la parrilla con sus aceites, La fabada de Argüelles, Tacos de bacalao con fritada de cebolla y pimientos, la Merluza a la brasa y la Chuleta de carne roja
Tiene una buena variedad de propuestas en pescados, muy buenas merluzas y bacalaos, entre otros.
El Asador de Abel es famoso por sus txuletones a la brasa, aunque también preparan corderos riquísimos, carnes guisadas o cachopos.
Por supuesto buenos postres caseros.
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