Los antecedentes del Real Balneario se remontan hasta el 1916. Cuando la localidad asturiana era destino de vacaciones de la realeza. Más tarde en la década de los cincuenta tuvo lugar su conversión en restaurante de estilo clásico acorde a la época y todavía alejado de lo que hoy en día es el establecimiento.

Los primeros pasos del nuevo restaurante los dio Miguel Loya en el 91, siendo la segunda generación de la saga de restauradores, y los continuaría apenas una década más tarde la tercera, Isaac, quien ha renovado casi completamente la propuesta del restaurante, hasta hoy día.

El restaurante, situado frente al mar lo gestiona muy bien Isaac, basándose en los mismos principios que ya haría su padre años antes, y es la calidad de producto, que es realmente excelente. Y por supuesto su buena mano, no en vano goza de una estrella Michelín.

El comedor principal, decorado de manera sencilla y elegante a la vez, es una gozada, ya que estás justo encima de la playa y frente al mar.

La bodega es extensa y muy bien seleccionada.

En el Real Balneario sólo se trabaja con productos de primerísima calidad.

La oferta gastronómica es francamente interesante. Tienen una carta extensa en entrantes y equilibrada en pescados y carnes, combinando la buena mano más vanguardista de Isaac, con algunos de sus platos históricos, como la Lubina al Champagne “Félix Loya”, que he tenido la suerte de degustar bastantes veces, las croquetas, fabada, etc.

Ademas de a la carta tienes como opción otros 3 menús diferentes. Ahora vamos a ver algunas de sus propuestas, como las anchoas sobre un crujiente, el montadito de setas, foie y yema de huevo, almejas al carril, el tartar de ventresca de atún rojo, su ensalada de bogavante y mucho más.

En pescados, estando frente al mar desde luego tienen lo mejor, desde un buen mero, a los salmonetes y como no el virrey a la brasa o al natural.

En carnes la propuesta es más sencilla, predominando un buen solomillo.

Con los postres vuelven las grandes elaboraciones, dando un abanico de opciones realmente bueno. Desde su tarta de chocolate o su cremoso de tocinillo con nata, a la torrija, etc.

Sin duda alguna es una apuesta muy acertada el pasarse por el Real Balneario. Yo ya lo he hecho bastantes veces y desde luego pienso seguir pasando por este restaurante tan bien llevado por Isaac.