Al restaurante Iruña de Logroño lo conocí hace muchos años, llevado de la mano de un cliente y buen amigo. Desde entonces han sido frecuentes las veces que he pasado por allí.

Ubicado en plena calle Laurel, famosa por sus bares y restaurantes. Yo desde luego entre todos ellos me quedo con el Iruña. Aquí no fallas nunca. Entras por el bar y vas directo al comedor, decorado de forma tradicional, y con una buena separación entre mesas.

La cocina del Iruña está basada en la tradición y buen hacer y por unos productos de alta calidad. Aprovechan como nadie la huerta riojana de temporada, preparando siempre platos de temporada que pueden estar o no en carta.

Como no podía ser de otra forma, el cordero lo bordan.

La chuleta la presentan con una plancha que se mantiene siempre encendida, con lo que tu mismo te preparas la carne a tu gusto.

Los postres caseros y ricos de verdad, te recordarán momentos de cuando tu abuela te preparaba ese rico flan o el caldoso arroz con leche, sin olvidarnos de la leche frita, que en muy pocos restaurantes la encontrarás.