Monumento Histórico del siglo XVI, el restaurante Aspaldiko de Loiu está declarado como monumento de bien cultural. Enmarcado en un entorno inmejorable, es un monumento precioso tanto por dentro como por fuera. El caserío tiene capacidad de hasta 320 personas para las grandes ocasiones. Diferentes comedores para los que precisen de mas privacidad o intimidad. Posibilidad para reuniones de hasta 200 personas en una carpa climatizada.Opción a baile con música en vivo en carpa o jardín.Tienen además un amplio parking propio para autobuses.

Nada más entrar te das cuenta que no estas en un restaurante más, la historia que transmiten sus maderas centenarias, la calidez de la chimenea y su decoración hacen que te sientas especial.

Las terrazas, para tomar el aperitivo o un café después de comer son un lujo.

La variedad gastronómica es de lujo, además de ir adaptando la carta al producto de temporada. Aunque no estemos en Castilla, el cordero lo bordan. Tienen un crujiente de bacalao buenísimo, una penca rellena y con salsa mariscada de lujo. Y así plato tras plato. Tienen vivero propio de marisco y por supuesto una buena brasa.

Los fritos exquisitos, o la Terrina de foie con gelatina de moscatel que combina de manera fantástica.

Aquí tenéis el crujiente de bacalao, que no suelen tener en carta, pero si lo pides, seguro que te lo ponen. Y otro crujiente muy bueno también, es el de carrilleras.

Unas ricas mollejas, siempre en su punto, o Laminas de hongos a la plancha (Boletus edulis).

La ensalada de bogavante muy rica, y la ensalada de láminas de bacalao con ali-oli fino no se la queda a la zaga.

La vieira, con huevas y crujiente de gamba, francamente bien.

Una gran variedad de pescados y recordar que tienen brasa, con ella hacen un besugo o rodaballo exquisitos.

El txipiron o el beguihaundi lo bordan, en cualquiera de sus maneras.

La Merluza al horno con cigalas, vieiras sobre crema de cigalas, es un plato que tenéis que probar.

Aunque en el norte no es un plato típico, en el Aspaldiko el cordero lechal, normalmente lo hacen francamente rico, sobre una cama de patatas y cebolla. Por supuesto, no podía faltar un buen txuleton a la brasa, o el solomillo con patatas y pimientos.

No sería justo el pasar por alto su bodega, que es extensa y equilibrada.

Los postres son buenísimos y los helados son extraordinarios. Puedes probar la Torrija caramelizada con helado de canela, el Coulant de chocolate con salsa de natillas o la Tarta de trufa con espuma de café entre otros postres.

Yo diría que todo en el Aspaldiko es de muy alta calidad, pero si tengo que destacar algo es la riqueza de su grupo humano, empezando por la cocina y siguiendo por el servicio de sala donde el cariño con el que te tratan te hacen sentir como en tu propia casa, y termino por su gerente Luis Javier Villar quien siempre está atento hasta en el más mínimo detalle. Así que no me queda más que felicitar a Javi y a todo su equipo.

ZORIONAK ASPALDIKO.