En realidad es lo mismo, pero consumido de diferente manera.
El pimiento se encuentra entre los cultivos más antiguos, que se introdujo desde América al País Vasco. Y actualmente se ha convertido en condimento obligado, en numerosos platos de nuestra gastronomía, así como en salsas, donde sin duda destacaría la famosa Salsa Bizkaina.
La época de recolección suele empezar a finales de agosto, y dura hasta principios de noviembre. Las familias los recolectan maduros, cuando el color cambia de verde a rojo, les introducen por el rabo, unas tiras de cuerda de yute o similar y hacen unas ristras que se cuelgan en las fachadas de las casas, para que vayan secando.
De esta ,manera, los pimientos los usaban para hacer chorizos (de ahí su nombre), y embutidos. Y por supuesto, para hacer guisos, como sulkalki, marmitako o el bacalao a la Bizkaina, entre otros muchos.
Ahora hablaremos del Pimiento del Apurtuarte (que en euskera quiere decir, hasta que se rompa).
El pimiento de Apurtuarte, consiste en asar sobre la lumbre, o con soplete, los pimientos maduros o entreverados, hasta quemar la piel, pero no la carne de dentro. Entonces, una vez asados, retiramos suavemente la piel quemada, que dará un suave matiz ahumado.
Seguido de quitarles la piel quemada, se le quitan las pepitas y se limpia bien. A partir de aquí y para disfrutarlo todo el año, yo lo que aconsejo es congelarlo, ya que de esta manera, conservará todo su aroma, y sobre todo, su fantástica textura.
Pero si lo que queréis es disfrutar de su increíble aroma y sabor, os digo como prepararlo: En una cazuela, con abundante aceite, doramos unos ajos, que conservamos. Seguidamente vamos a confitar los pimientos en ese aceite, por lo que tenéis que apagar el fuego, y una vez que el aceite haya bajado la temperatura a unos 60 grados (el punto es cuando al poner el pimiento sobre el aceite, no hierve), añadimos los pimientos y dejamos que se confiten, primero por un lado y luego por el otro lado, pero sin prisa. Si veis que el aceite ya ha enfriado demasiado, volvemos a calentar sólo un poco, para que se terminen de confitar.
Este es un pimiento muy delicado, por lo que si lo freís, perderá todas sus características, eliminando aromas y sobre todo su sabor, perdiendo a su vez su textura carnosa y secándose por completo.
Una vez confitado y caliente el pimiento, damos el punto de sal, y echamos sobre el los ajos que antes habíamos reservado.
Para mi, sin duda que no hay mejores pimientos que los de Apurtuarte, pero recordar, se hacen de forma muy diferente a otros y nunca deben hervir.
Ahora, a disfrutar.
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